El objetivo de una empresa u organización es la
productividad, es decir obtener un resultado positivo a través de la
transformación o proceso basado en la rentabilidad.
En ese punto el ser humano lleva la delantera en nuestro
planeta al respecto de seres vivos… ¿o no?
Tenemos en plena naturaleza verdaderos ejemplos de
vinculación productiva, de interés empresarial. Comenzando por las abejas.
¿Sabes que un una colmena, como en cualquier cadena
productiva, las diferentes tareas están repartidas entre especialistas?
¿Te has dado cuenta de que la dulce miel, no deja de ser un
excedente de producción de la que los humanos (entre otros) nos beneficiamos?
Bueno quizás debamos comenzar por el principio, ¿sabías que
en una colmena es necesario hacer múltiples tareas? Seguro que lo primero que
te viene a la cabeza son las abejitas que con más o menos fortuna traen el
alimento a la colmena, pero, ¿habrá más funciones?
La respuesta es un sí rotundo. Una colmena es como una ciudad. Una ciudad de entre 40.000 y 80.000
habitantes. Pero una ciudad plenamente orientada a la felicidad de todos
sus miembros. Una ciudad que trabaja para el bienestar común. Y como todas las
ciudades, ha de tener profesionales que velen por el correcto desarrollo de la
vida en esa ciudad.
¿Te imaginas tu ciudad sin un trabajo especializado? ¿Que
haríamos sin médicos o profesores? ¿Que haríamos sin mecánicos o albañiles?
¿Que haríamos sin limpiadores o guardias? Te imaginas tu ciudad sin guarderías,
o sin supermercados o sin panaderías.
Vamos un poquito más allá si te parece. Estoy segura de que
no eras consciente de que en una colmena hay de todo eso. Las abejas tienen
enfermeras y guarderías. Tienen constructoras y reparadoras. Tienen limpiadoras
y guardias. Las colmenas tienen tiendas y almacenes. Y si, cuando piensas en
las abejitas que ves en las flores, tienes razón también tienen transportistas.
Bien pues todas estas profesiones las tenemos dentro de esta
gran ciudad. Una ciudad con el claro objetivo de obtener el bien común de la
ciudad, eso ha quedado claro ya.
Pero como particularidad, como hecho diferencial (quizás en
este punto radique el éxito de una colmena), estas especializaciones laborales
no son exclusivas. Es decir una abeja guardiana no acude a una academia de policía
para convertirse en eso toda su vida. O una enfermera o nodriza lo es para
siempre.
Nada más nacer, se transforma en limpiadora, y arregla las
cedillas en las que la reina depositará sus huevos, o donde sus compañeras
pondrán el néctar o el polen. En esa función está unos días.
A continuación la abeja ejerce de nodriza, es decir se
encarga de cuidar de las crías de los huevos y las ninfas pendientes de nacer,
¡normal es lo que tiene más reciente!, con sus cuerpos general calor para la
cría. Prepara la Jalea Real que solo comerá la Reina, así como la comida para
zánganos y obreras conocido como pan de abeja.
En esa función está unos días y para pasar a ser
constructora. Hasta ahora hacia reparaciones, pero como ha aprendió bien el
oficio de la albañilería ahora edifica
obra nueva. Construye panales y celdillas. También construye avenidas y
carreteras, llamados pasos de abeja. Y lo hace con la cera que ella misma
fabrica con las glándulas cereras.
Después de este duro trabajo se encargan de almacenar el
néctar que traen las obreras pecoreadoras del mundo exterior. Lo van
almacenando poco a poco en los panales con sumo cuidado para que todo vaya bien
organizado. Pero no solo almacenan el néctar también el polen el gran aliado de
las abejas a la hora de dar de comer a la cría, es la proteína necesaria en una
colmena.
Tras pasar esta fase de almacenera, inicia el viaje hacia la
puerta, la piquera y por decirlo de alguna manera, hace la mili, se convierte
en guardiana o en soldado. Ahora monta guardia en la piquera y vigila la
entrada de la colmena, deteniendo a extraños o identificando las visitas.
Solo
después de estos 21 días dentro de la colmena, entre todos esos trabajos
que hemos comentado, le toca salir al exterior. Nuestra amiga se transforma en
exploradora primero, y pecoreadora después. Sale fuera de la colmena a recoger
toda la materia prima para la supervivencia y la continuación de la cadena
productiva. Ahora es campesina y transportista.
Esta será su última faceta laboral. Y no llegará a la jubilación…
Muchas veces las personas que visitan nuestro colmenar, nos
preguntan cuánto tiempo viven, y eso un tema a discutir, porque no viven lo
mismo en invierno que en verano. En verano mueren mucho antes mientras en
invierno duran más días, y eso es porque en verano trabajan mucho, y por tanto
la afirmación en la que se dice que una abeja tiene una duración de unos 800 km
y tras ellos mueren agotadas, tiene una base razonable muy solida.
Como puedes ver, las abejas pasan por todos los estadios
laborales, y quizás por eso todas unidas son el mejor ejemplo de una empresa
ordenada, productiva y sobremanera rentable.
Como en el mundo de la empresa, una colmena es un concepto
de desarrollo global, en el que todas las funciones son importantes, en las que
el trabajo más humilde o la responsabilidad más extrema no tienen nada que
hacer el uno sin el otro. Una colmena es una empresa perfecta.
Ah y para los que habéis pensado en la abeja reina o en los
zánganos, eso serán temas de otra historia.
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